— Hicieron un buen trabajo, ¿Estás contenta?
Yo asentí y luego tome un analgésico ya que la espalda me dolía, la chaparrita entró a mi cuarto y se sentó en mi cama.
— ¿Qué tal te fue en la capital?
Le conté todo, incluso el chico que me había coqueteado, ella se sorprendió con este detalle y me miró como si quisiera decirme algo, la animé a qué lo hiciera entonces se decidió.
— ¿No piensas llamarle a ese muchacho?— preguntó y yo la mire.
— ¿Acaso es el tatuador?
— Obviamente si, ¿No piensas llamarle?
— No, por el momento me encuentro bien y no tengo duda — hice una pausa — ni preguntes respecto al otro ámbito.
— ¿Por qué?
— Porque ya te dije que mi vida amorosa es un caso perdido.
— Tú dijiste que ningún hombre se iba a fijar en ti pero ya vez que no, la que se cierra a la idea eres tú y no me explico porque, estoy segura que la persona correcta va a comprender lo que hiciste y porque lo hiciste, si no comprende simplemente no es el correcto y llegará el momento en que