Capítulo 4

Terminé siendo contratada de manera temporal al cuido de dos nenas y me esforcé al máximo, mi jefa se encontraba contenta de mi desempeño pero como no todo es para siempre termine siendo despedida debido a que el esposo de la señora se quedó sin trabajo.

—  ¿De nuevo te corrieron? —  preguntó Lina con desprecio —  ya me tienes harta, ¿Acaso no puedes mantener el empleo al menos por un año? 

—  Comprende que no fue culpa mía, llamaré a los lugares donde metí papeles para ver si todavía están solicitando personal.

—  Por tu bien espero que sí, porque yo ya no puedo mantenerte.

—  No te preocupes que no te daré molestias —  le contesté molesta —  se supone que eres mi mamá pero eres peor que una enemiga.

La relación entre nosotras había empeorado ya que ella se empeñaba en fastidiarme la vida y desde que empezó a utilizar las redes sociales solamente sabe estar metida ahí, a excepción de cuándo va a su trabajo.

Llamé a todos los lugares pero me dijeron que ya habían contratado a alguien entonces agradecí por la oportunidad y el tiempo prestado. Para sumar mi desgracia la situación en la casa era cada vez más insostenible, Carlos solo me miraba como si fuera una chequera y que era obligación mía mantener sus estudios.

—  ¡Suficiente! Es cierto que no he encontrado trabajo pero yo no tengo una responsabilidad con Carlos para estar manteniendo sus vicios de salida, él no es mi hijo si no tuyo, mamá.

—  ¡No me digas mamá! Bien sabes que detesto que me digas así, ¿Tanto te pesa apoyar los estudios de tu hermano? No son vicios de salida si no cosas que necesita para la universidad.

—  Supongamos que es cierto y el dinero que me exige es para la universidad —  dije mientras una lágrima se deslizaba por mi mejilla —  dime que puta responsabilidad tengo con Carlos, él nunca me apoyó en mis estudios y tú lo hiciste pero siempre con limitaciones, por favor Lina no me pidas algo que no sembraste.

—  Si tú no le das ese dinero va a tener que salir de mi bolsa y en estos momentos no puedo hacerlo.

—  ¿Acaso ya tu querido te dejo sin un peso? —  sonreí burlonamente —  por mucho que quisiera darle el dinero no puedo hacerlo por el simple hecho de que no tengo un solo centavo partido por la mitad, dile a tu amante que te regrese el giro que le diste esta vez y asume tus responsabilidades de una vez por todas.

Lina intentó darme una bofetada pero no me deje así que se la detuve en el aire, luego le lancé la mano de manera firme pero suave y la miré sin ningún temor.

—  Escucha muy bien lo que te voy a decir, a pesar de todo lo que me haces te sigo queriendo pero si continúas actuando de esta forma lo único que vas a lograr es que este amor que tengo termine por irse al demonio —  sequé mi lágrima —  no vayas a cometer el error de querer mantener cerca a los que están lejos y por hacer eso termines por perder a los que tienes cerca.

—  No me salgas con tus estupideces, ve a buscar como conseguir el dinero que necesita tu hermano para sus cosas de la universidad, así sea prostituyendote.

Fui sacada a empujones por Lina y al final me fui caminando sin una dirección fija, el dolor en mi pecho era insoportable y solamente pudo aliviarse en el momento que empecé a llorar. Después de andar mucho por los alrededores e incluso más allá de donde vivía termine por quedarme en el atrio de la iglesia, me senté a un lado y metí mi cabeza entre mis piernas para continuar llorando.

—  Señorita, señorita —  habló una voz ronca —  ¿Se encuentra bien?

Me asomé lentamente y por el rabillo de mi ojo miré a un hombre que tenía puesta una mascarilla, ¿Bien? Esa palabra simplemente no existía en mi vida desde hace mucho tiempo, es más, creo que nunca existió.

—  Espere un momento —  él sacó un pañuelo de su bolsillo —  permítame.

Él intentó secar mis lágrimas pero yo huí de su contacto completamente asustada, no podía verlo claramente ya que el sitio donde me encontraba no llegaba mucho la luz y solamente veía que usaba una mascarilla ya que era blanca.

—  No se asuste, si no se siente cómoda pues tenga —  él me extendió el pañuelo —  ¿Hay algo que pueda hacer por usted? ¿Quiere que la lleve a su casa? Cerca de aquí tengo mi coche.

—  Se lo agradezco —  tomé el pañuelo —  de hecho en estos momentos puede que sea de ayuda, miré, necesito dinero y lo único que puedo darle a cambio es mi cuerpo, sé que no es la gran cosa pero al menos puede tocar alguna zona íntima por un poco de plata.

—  Señorita no diga esas cosas, es una mujer muy hermosa por lo poco que puedo ver —  él acarició mi mejilla —  tenga.

Él tomó mi mano y pude sentir como me dio dinero, no quería recibir caridad de nadie pero no tenía más remedio.

—  Vaya a la iglesia, el padre puede ayudarle con un poco más de dinero —  él soltó mi mano —  me tengo que ir porque ya es tarde, le aconsejo que usted haga lo mismo y ya no se exponga de esa forma.

Él terminó por irse, cuando me di cuenta de que no le había devuelto el pañuelo, ni le había preguntado por su nombre ya era muy tarde, en mis adentros me juré que si se volvía a presentar la oportunidad de agradecérselo de una forma más apropiada lo haría sin dudarlo.

Me levanté de donde estaba y al abrir mi mano me sorprendí en el momento que miré la cantidad de dinero que ese señor me había dado, fui rumbo a mi casa y en lo que iba a medio camino me encontré con mi nani además de la chaparrita. Ellas me vieron fijamente y se lanzaron a abrazarme, estaban sumamente preocupadas entonces fue ahí que me di cuenta que iban a ser las diez de la noche.

—  Lamento por haberlas preocupado tanto, lo cierto es que necesitaba un poco de aire pero ya me encuentro bien, vamos a casa.

Nosotras nos fuimos a la casa, al llegar decidí esconder el dinero que ese desconocido me había dado ya que no pensaba seguir patrocinando las salidas de Carlos, Lina tenía que asumir sus responsabilidades como la madre de ese sujeto y dejarme a mí en paz. Al día siguiente fui a la iglesia para saber de ese misterioso hombre, el sacerdote me atendió y le conté lo sucedido el día de ayer.

—  Nosotros tenemos un hombre que apareció como caído del cielo, por lo que me dices puede ser que sea él.

—  Me puede decir donde puedo encontrarlo, realmente quiero agradecerle por lo que hizo por mí —  él negó —  por favor padre.

—  Lo siento mucho hija mía pero ese hombre pide estar en el anonimato y tengo que respetar su voluntad.

—  Lo entiendo, al menos dígale que le agradezco inmensamente por todo lo que hizo por mí —  sonreí con dulzura —  él me dio en minutos lo que me han negado en años.

—  ¿Qué sucede hija mía? ¿Hay algo que pueda hacer por ti? Sabes que nosotros estamos aquí para ayudar hasta la última oveja del rebaño.

—  No se preocupe padre, los problemas que tengo no se van a arreglar con hablarlo o con llorar, tengo que buscar una solución más humana que divina.

Terminé por irme de la iglesia, el padre me dijo que siempre iba a estar ahí si lo necesitaba a lo cual yo respondí con una sonrisa. Al llegar a la casa miré que Lina estaba guardando una fuerte cantidad de dinero en su cartera, hice como que no la vi y fui a mi cuarto a buscar la plata que ese señor me había dado pero al revisar no encontré nada.

—  ¡Dame ese dinero en este momento! —  salí furiosa del cuarto —  eres una vil ladrona, eso no es tuyo.

Paf, una bofetada que dejó mi mejilla completamente roja, pude sentir como mis ojos se inundaron de lágrimas debido al golpe y a la rabia que estaba presa, la miré con rabia y aparte mi cabello de la misma forma.

—  ¿Por qué me tratas así? ¿Yo que te hice? Es cierto que de pequeña no fui el ejemplo de hija pero tampoco llegué a un punto para que te portaras de esa forma conmigo.

—  ¿Quieres saber porque soy así contigo? Pues desde ya te lo digo, cuando salí embarazada de ti y se lo dije a tu papá no le gusto nada así que terminó por abandonarme, te quise abortar sin embargo llegó mi cargo de conciencia y fue que no pude hacerlo, llevé el embarazo hasta el final.

—  Ya veo, bien —  tragué saliva de un golpe —  en estos momentos has matado el amor que tenía hacia ti, quién escogió a mí supuesto padre fuiste tú y no yo, así que es tu culpa, no la mía.

—  Poco me importa lo que pienses, tomaré este dinero ya que mi novio lo necesita y no pienso perder a otro hombre solo porque tú no puedes conseguir trabajo, ya suficiente fue con los otros dos para que también se me vaya este…

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