Al escucharla sentí que mi corazón no iba a soportar tanto dolor, Lucía anhelaba ser madre y ya de por sí era difícil que perdiera a nuestro primer hijo ahora las cosas se iban a complicar más cuando supiera que jamás saldría embarazada nuevamente.
— Necesito su autorización para operar y sacar la bala, además de todos los órganos que resultaron afectados.
— ¿Acaso va a sacar su matriz?— le pregunté y ella asintió — no, definitivamente no quiero que le saquen la matriz ya que eso es algo que mi esposa tiene que decidir.
— Pero señor Lund.
— Ya me escucho, si la matriz no le ocasiona ningún problema se va a mantener dentro — le dije firme — saque el ovario si es lo que desea, le tengo una pregunta.
— Dígame.
— ¿Las trompas de Falopio están desbaratadas también?
— Una de ellas pero la otra no, del lado izquierdo está intacta al igual que el ovario.
— Entonces saque lo desbaratado pero nada más, si Lucía se llega a complicar va a realizar la otra operación sacando todo lo que quedó.
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