Adriel corrió conmigo mientras me cargaba y sin más preámbulos se tiró a la piscina, ambos quedamos empapados y salimos a la superficie para tomar una bocanada de aire.
— ¿Acaso te has vuelto loco? — pasé mis manos por mi cabello — estoy empapada.
— Y me encanta verte así — él olfateó mi cuello — te amo demasiado Lucía.
Adriel y yo estuvimos en la piscina por un buen rato, luego de salir fuimos a mi habitación para ver una película. Llegó la noche y él se tuvo que marchar ya que tenía algunos pendientes por hacer así que lo despedí mientras le decía lo mucho que lo amaba.
— Te miras tan enamorada de mi hermano que estoy segura que el cielo tiene envidia, él también se nota sumamente enamorado de ti.
— Lo amo demasiado y quiero cuanto antes que nuestras vidas se encuentren unidas para siempre con el vínculo del matrimonio.
— Por eso hay que apresurarnos, tenemos que tener todo listo antes de que el gallo cante.
Rea y Dánae seguían molestas por lo que no me había dado chance de hablar c