Valeria: Es él y siempre será él, lo supe desde el primer momento en que nuestras miradas, se cruzaron y lo confirmé en el primer beso que él me robó, que muy a mi pesar él sería el hombre al que por siempre amará mi corazón, pero, no lo puedo amar por dos razones, la primera porque no quiero que nadie me vuelva a romper el corazón y la segunda, porque él no está a la altura de mis ambiciones. Dex: La amé desde el primer instante que la vi. Ella es la mujer más hermosa, que mis ojos han visto, que mis labios han besado y que mis manos han tocado. Su único, pero, gran defecto es, su ambición. Y aunque sé que tengo todo en contra, me he propuesto conquistarla y lograr que nuestro amor sea mayor que su ambición, para que ella me amé por quién soy. Somos Valeria y Dex, dos polos opuestos que nos atrajimos y que nada pudo frenar el sentimiento surgido entre nosotros ¿Podrá triunfar el poder del amor?
Leer másDexter DeCostello
New York
Estaba en mi residencia de New York, empacando para largarme para siempre de este lugar, de este país y del yugo de mi padre, con quién acababa de tener un gran disgusto en la empresa y por eso mi decisión de dejar todo aquí y emprender un vuelo de nuevo, en otro lugar, las oportunidades estaban donde las buscabas y no me iba a quedar a que me siguieran tratando como si fuera un niño.
No le iba a perdonar, que me regañara delante de todo el mundo en la empresa, era la última vez que me iba a hacer eso y la última vez, que me iba a ver a mí. Mi hermana Charlotte, me alcanzó cuando ya estaba por salir con mis maletas a la calle, no esperaba encontrarme a nadie en la casa.
–Dex, ¿A dónde vas? – Mi hermana me miraba, un tanto angustiada – Por Dios, es que, no puedes irte. Yo no quiero que lo hagas.
Yo ya no podía echarme para atrás, la decisión ya la había tomado, no me iba a quedar a aguantar nada de nadie, era un hombre adulto y podía cuidar de mí, ya no quería estar bajo las manos protectoras de mamá, ni de nadie, ya era hora de abrir las alas y volar libremente por el mundo. Me esperaban grandes aventuras.
–Lo siento, pero mi decisión ya está tomada hermana – La abracé – Te extrañaré mucho, eres lo único bueno, además de mamá y de Dominic, que he tenido en New York
Me iba a doler, no despedirme como era debido de mi madre, porque ella iba a hacer todo lo posible, para que yo me quedara aquí en New York, era demasiado protectora, pero el asunto era que ya las peleas que yo estaba teniendo con mi padre, no eran sanas, siempre estaba esperando que yo hiciera algo para enseguida regañarme, parecía que esperaba que cometiera errores para hacérmelos ver.
–Escucha, Dex, sí es por lo que pasó hace un rato en la empresa, yo puedo hablar con papá, ya sabes cómo es de intenso, pero a mí siempre me escucha – Ella, trataba de persuadirme – No te vayas, hermanito. La vida en la empresa, será terrible sin ti y, además, estoy a nada de titularme.
Nada de lo que me dijera haría que me quedara, y sí, yo era el hermano divertido, de eso, no cabía ni la menor duda, pero no me iba a quedar para siempre, yo no era de los que estaba mucho tiempo siendo presionado y no reaccionar, conocía mis límites y con respecto a mi padre, ya lo habíamos rebasado el día de hoy, y al saber de esta oportunidad que se me había presentado, por nada del mundo la iba a desaprovechar.
–Te enviaré un regalo desde dónde esté y que bueno que me alcanzaste, te haré entrega de todo, lo que me han dado en esta casa – Dije convencido – Por favor, hermanita, al menos tú si tienes que apoyarme.
No me iba a llevar nada, que no me hubiera comprado yo mismo con el sudor de mi frente, no le iba a deber nada a nadie, ni siquiera me llevaba los regalos que me habían dado, en especial los que me había dado mi papá, tenía mi orgullo y no me iban a hacer menos porque no me regía a sus reglas, cuando todo el mundo sabe qué se hicieron para romperse, aunque me dijeran que había salido rebelde, yo iba a defender mi forma de vida, ellos ya habían vivido la suya.
–Está bien, Dex.
Mi hermana, estaba a nada de llorar, a pesar de ser muy fuerte y con un carácter decidido, heredado de nuestra bella madre, pero con una actitud toda poderosa, como nuestro estricto y rígido padre, era mi hermana consentida, por ser mi única hermana. Saqué las llaves de mi auto deportivo de lujo, las tarjetas de crédito y todo lo que me habían dado, por ser hijo de la familia DeCostello, algo que, a partir de cruzar la puerta de salida de la casa, dejaría de ser, para ser simplemente Dex y ya.
–Es todo, lo que me han dado aquí Charlie y no te preocupes por mí – La abracé con mucho afecto – Te quiero mucho, despídeme de Dominic y también de mamá, diles que los amo, por favor.
También los iba a extrañar muchísimo, adoraba a mi madre como no tenían una idea, y aunque trataba de mantenerse neutral en las discusiones con papá, no intervenía, porque así eran ellos, no se iban a desautorizar ninguno de los dos, delante de nosotros, esa era una de sus normas, aunque cada uno tenía su punto de ver las cosas, no entraban en desacuerdos por algún regaño.
–Dex, en serio piensa las cosas. Eres muy impulsivo, no has terminado tu carrera y ¿Qué vas a hacer?, ¿A dónde vas a ir? No sabes hacer nada, no sabes ni lavar un plato.
Parecía que mi hermana no sabía que todo en la vida se puede aprender, y si no iba a trabajar muy duro, para pagarle a alguien que lo hiciera por mí, todo estaba resuelto, solo hacía falta que estuviera en ese sitio para empezar desde cero con toda la buena actitud, que mi situación en estos momentos ameritaba, no le tenía miedo a nada, era tan intrépido como Ava DeCostello, mi amada madre, no me iba a rajar en el intento, nosotros siempre podíamos con todo.
–Sí, quieres saber a dónde voy, tendrás que acompañarme al aeropuerto – Le pedí sutilmente – Así, matamos dos pájaros de un solo tiro, tú satisfaces tu curiosidad y yo tengo un viaje gratis al aeropuerto, pero solo te puedo adelantar, que me voy a ir con Luis a vivir a México.
Mi amigo Luis, había hecho su anuncio de irse de vacaciones, justo cuando yo ya estaba tomando la decisión de salirme de la casa de mis padres, sin saber a dónde ir, pero, de que iba a encontrar donde me iba a quedar, eso lo tenía seguro, todos mis tíos de seguro que me hubieran apoyado, pero ya estoy listo para salirme del círculo, ya era bueno de estar de mantenido, como así me hacía sentir mi padre, aunque trabajara en la empresa.
– ¿Luis, tu amigo, el de Puerto Vallarta? – Preguntó mi hermana incrédula – Dex, esto es muy loco, él es de México, pero tú ¿Qué vas a hacer allá?, ¿No puedes esperar al menos a que termines tu carrera? Esto no está bien Dex, si quieres llamo a mamá y lo discutimos.
No le quería dar más molestias a nuestra madre, ya tenía suficiente con el trabajo en la empresa, como para que viniera corriendo a ayudar a su hijo el rebelde, ya estaba grandecito para poder hacer las cosas por mí mismo, fácil hubiera sido irme a Londres o a Bristol por una temporada y ayudar a la tía Selene, como ya lo había hablado con ella, pero iba a ser lo mismo, papá iba a estar pidiendo informes de cómo me comportaba y no quería eso.
–No, Charlie, mi decisión ya está tomada. Por favor, dame un poco de crédito y apóyame, que se me hace tarde, para llegar al aeropuerto.
Si no me apuraba, me iba a tener que ir en otro vuelo, aunque no era ningún problema, pero no quería ser impuntual en mi primera decisión fuera del nido protector de la familia, tantos años ya habían sido suficientes, ellos iban a poder descansar de mí, y yo iba a ser libre de llevar mi vida como quisiera, mi padre iba a estar feliz, de ya no tener que lidiar conmigo.
–Está bien, Dex. Vamos.
Mi hermana y yo, salimos a bordo de su auto personal y estábamos saliendo del perímetro de la residencia, cuando nos topamos de frente con Dominic, quién con un movimiento de cabeza, preguntaba hacia dónde íbamos. Charlie lo animó a bajarse de su auto y a acompañarnos, algo que yo agradecía, al menos, me iba a poder despedir de mis dos hermanos, cómo debía ser. Una vez que ya iba con nosotros, mi hermano, empezó a reprenderme.
Él, era el más consiente de los dos, aunque éramos gemelos idénticos, teníamos diferentes personalidades, yo había sido siempre el más osado de los dos, por así decirlo, era el sonsacador, que en más de una ocasión, había metido en problemas a mis dos hermanos, todo por secundarme en mis ocurrencias, Dominic, siempre trataba de persuadirme, pero el persuadido salía siendo él.
–Dex, esta vez te has pasado de la raya hermanito – Dominic sonaba serio – A papá, le ha dado un ataque muy fuerte de migraña, por tu culpa y claro por cómo te encontró, haciendo tus cosas en la empresa.
Otro que me iba a dar el sermón, ya había tenido bastante con el que había recibido de parte de nuestro padre, yo me iba muy tranquilo a donde me esperaba esa gran oportunidad, nada me iba a hacer desistir, porque voy con todas las ganas de comerme al mundo, mente abierta para lo que me espera en Puerto Vallarta.
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoAhora que todo estaba yendo en orden con Alan, me sentía mejor y más tranquila, pero ahora lo que me inquietaba es que notaba un poco distante y rara conmigo a Charlie, la hermana de Dex. Han pasado ya casi tres semanas desde que ellos han llegado a Puerto Vallarta y les queda una más aquí y lo que menos quiero es que ella se vaya con una mala impresión de mí, de por sí el padre de Dex se mostró muy serio en las video llamadas que hemos hecho con él. Es un señor elegante y distinguido y ahí me doy cuenta de que los polos opuestos se atraen, porque él y la señora Ava son muy distintos en carácter, pero se nota que se aman con locura, son el complemento el uno del otro, como lo somos Dex y yo, de eso no hay duda.–Valeria, mi amor – Dex me abrazó con ternura – Vamos a levantarnos, tenemos que ir a cenar con mi familia.No me quería levantar, así me encontraba muy a gusto en los brazos de Dex, pero no podíamos dejar plantados a los
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, México–Está bien Alan, entonces renuncio – Dije enojado – No pienso quedarme a trabajar en un sitio en el que se cometen este tipo de abusos de autoridad. Vámonos Valeria, no tenemos nada que hacer aquí, amor. Estás cometiendo una injusticia Alan, pero ya ni modo.El que iba a salir perdiendo en todo ese iba a ser Alan, porque si Valeria se iba, más atrás me iba yo, y no me importaba si había un contrato de trabajo, eso se podía arreglar de inmediato, él estaba despidiendo injustamente a Valeria, sin tener un motivo, porque el trabajo era trabajo y lo demás salía sobrando.–Dex, ¿Qué haces? – Ella susurró por lo bajo – Yo no puedo perder mi empleo.Nadie lo iba a perder, la balanza se iba a inclinar hacia nosotros, Alan era un empresario y sabía que le convenía y que no, lo tenía agarrado de los de abajo, como bien lo sabe, va a buscar una forma de retenerme, pero solo con una condición me quedaría, de que a ella no la despidiera. –Confía en
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoLlegó el momento de hablar con Alan, Valeria y yo salimos del departamento y nos fuimos directamente a verlo, antes de llegar a nuestros puestos de trabajo y además yo había quedado de verme con mi familia, ya en el set de la grabación del programa, esperando que no me corrieran. No me gustaría que me despidieran porque ahora mismo siento que estoy haciendo algo que me gusta por primera vez.–Valeria, pase lo que pase con Alan, yo quiero decirte que no tengas miedo por favor – Calmé a Valeria – No tiene por qué pasar nada malo, él no puede meterse con nosotros y no te pienso dejar sola.Aparte yo tenía gran culpa en todo esto, fue el que le robé su virginidad, aunque no lo había hecho aprovechándome de Valeria, las cosas se dieron y ya no lo podemos remediar, pero sí salir de este lío, Alan tenía que comprender que con el amor no se puede ir contra corriente.–Lo sé, Dex, pero debes entender que me aterra enfrentarlo – Mi chica se pegó a
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, México-Vamos entonces, querida cuñada, pero ahora sí fíjate bien en mi ropa y en la de Dex, no quiero otra confusión que mi hermano casi me ahoga en el mar - Dom moría de risa de recordarlo - No quiero morir siendo tan joven.Eso no me va a volver a pasar, qué vergüenza cuando Dex nos había visto en pleno beso y más porque yo fui la que casi me devoro a Dom, en el lío que casi nos meto a los dos, pero afortunadamente todo quedó aclarado, desde ya seré más precavida y preguntaré de quién se trata.-Son unos payasos mis hermanos - Dijo Charlie ya más relajada - Si los hubieras conocido de chicos, este par le han puesto la cabeza blanca a mi pobre abuela Gaia.Me reí de pensar como era de ocurrente Dex de pequeño y al mismo tiempo, me gustaba mucho ver la relación tan amena y relajada que él tenía, con sus hermanos y con la señora Ava, que parecía otra joven más del grupo. En el alma parecía de nuestra edad y era de un trato demasiado agra
Valeria Peña MadrigalPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoLe conté a Larissa en el poco tiempo que tuvimos libre en la escuela del problema de Alan conmigo y le pude explicar con más detalle todo lo que yo había tenido con Dex. Mi mejor amiga, como siempre, estaba más que puesta y dispuesta para poderme apoyar.–Val, no temas, yo te apoyaré en lo que necesites – Se ofreció – Tienes que dejar de evadir, recuerda lo que nos ha dicho mi madre que cuando se evade un problema se agrava y tú ya no puedes remediar lo que pasó con Dex.Eso ya lo sé, porque no puedo retroceder el tiempo y ponernos antes de que nos acostáramos, eso era imposible así que me tendría que quedar con lo que teníamos, pero de que me tenía que resolver lo del dinero, lo tenía que hacer, no me iba a quedar como el perro de las dos tortas.–Es cierto, ya no puedo remediarlo porque no hay forma de volver a ser virgen para poder cumplir con Alan y lo mejor es que sepa que Dex y yo tenemos algo, aunque no sé si eso haga que n
Dex DeCostelloPuerto Vallarta, Jalisco, MéxicoTeníamos que hacer antes de que pasara mucho tiempo, de ser preciso hoy mismo, mi chica estaba muy angustiada y no me gustaba verla así.–Mamá, ¿Nos ayudarás a resolverlo? Es que Valeria no se puede quedar sin trabajo, de eso depende que ella pague su escuela y no quiero que lo pierda todo por un error y además yo la quiero, mamá.–De eso me doy cuenta perfectamente, hijo. Estás muy enamorado de Valeria y me siento feliz por ti y no te preocupes, hoy yo misma hablaré con Alan para interceder por ustedes, si quieres tú y claro también Valeria.–No sé mamá, creo que debo ser yo quien vaya con Valeria a hablar con Alan y le digamos la verdad, que tenemos una relación ella y yo. Así no la puede obligar a acostarse con él, ningún hombre tiene derecho de obligar a ninguna mujer a nada.Era lo que nos habían enseñado los dos y más mi padre, que a ninguna mujer se le debía obligar a hacer algo que ella no quisiera, porque también tenían el poder
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