Yo niego y a él no le importa, continúa comiendo, yo solo pienso que si no como, es una comida menos que agradecerle a ese tonto.
Mis pezones empiezan a humedecerse y con más intensidad siento la mirada de Hernán, yo lo ignoro y acomodo al niño para sacarme una teta y amamantarlo.
Hernán de comer y se relame los labios mientras ve hacia mis pechos.
—Lavas mi plato cuando termines y recuerda que tienes que limpiar la casa —me ordena sin mirarme a los ojos.
Yo asiento y me levanto para terminar de amamantar a mi hijo en la habitación, la mirada de Hernán me incomodan. Luego de un rato le saco los gases y este queda rendido, nuevamente lo acuesto y me ocupo de la casa, pero aún me encuentro a Hernán en la cocina.
—¿Se le ha olvidado algo? —le pregunto para ayudarlo.
—No, solo quiero hablar contigo —dice.
Yo me acerco y poso la mano para recoger el plato por si es un sermón de no haberlo recogido cuando me paré, antes de que pueda llevarlo, Hernán me detiene sosteniendo mi mano y la soba