Mi querido jefe se ofreció a lavar los platos mientras yo recogía las cosas de la mesa.
Y sin siquiera decir nada, tomo mi delantal con flores dibujadas en él de un color amarillo brillante, se lo puso y ato las tiras correspondientes para no ensuciar su traje, comenzando a lavar cada uno de los platos.
En el fondo me imaginaba como sería una vida con ese nombre y por supuesto los niños, me venían a la mente los pensamientos que seguramente tenía Alexander cuando el taxista le hablaba.
Definitivamente no podía pensar lo mismo tan pronto, no me gustaría pensar en tener toda una vida a su lado, no estaba del todo segura y todavía me rondaba por la cabeza aquella mujer que Manuel había dicho en esa habitación.
¿Quién era esa mujer y qué había significado para él hace tanto tiempo? ¿Todavía amaba a esa mujer? Si preguntaba por ella, ¿caería en una polémica con Manuel y se destrozaría algo?
Me negué a poner en riesgo su amistad de tantos años solo por una pregunta, Manuel no parecía quere