Escuché la puerta cerrarse. Ella se había ido y nuevamente me había dejado con esa sensación de desazón.
-¡Mierda, mierda, mierda y más mierda!- golpeo el azulejo del baño al ver las marcas en mis muñecas ¿Cómo haría para cubrirlas? ¿Debería usar dos relojes? ¿Qué mierda me había pasado recién?
Esto que me estaba pasando me decía que ya no era yo, ni en un millón de años habría dejado que me amarraran y colgaran de una viga para parecer un maldito títere, pero la sensación de asfixia me dejó helado y quería más, mucho más.
Hasta que ella...
Hasta que ella sintió compasión de mí y todo se fue a la mierda. Lo sentí en su voz cuando me dio la cachetada, lo ví en sus ojos cuando soltó la venda que cubría los míos y lo sentí en sus gritos de desesperación. Ella se había asustado, pero ¿Por qué? Ahí había otro tema, estamos ambos metidos hasta el fondo en esto y ella sobre todo está acostumbrada a esto, entonces ¿Por qué?
Necesito hablar esto con alguien ¿Sabannah me podría ayudar? Ell