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Sex0, sex0, sex0 y más Sex0... p2

-Levántate pendejo- me despierta de mi sueño húmedo con esa diosa de fuego el insulso de mi hermano, era tan pendejo que me saltó encima y juro que no me lo quebró porque sé que no tiene huesos-. Uy, hermanito ¿Amaneciste teniendo una erección matutina? 

-¡Idiota! Casi me dejas sin la facultad de tener hijos. 

-Ay, perdón, perdón, cariño, pero a ver dime ¿Te follaste a la pelirroja? 

-¿De qué m****a hablas, Chris? ¿Qué pelirroja?- pregunto con los ojos abiertos como platos.

-Es que eso estabas diciendo, hermanito. "Muévete mi diosa de fuego, si, así sigue, ah"- ¡Por la m****a!- pero anda hermanito, cuéntame ¿te la comiste?

-¡Lárgate antes que te mate! 

-Eres un mal hermano, gracias por no contarme, pero prometo que lo voy a averiguar- se escapa de mi, antes que le lance mis almohadones, riéndose el muy desgraciado, pero debo agradecer que debido a eso mi libido bajo de inmediato. Me levanté e hice mis cosas, me vestí cómodo y trabajé todo el santo día. Tenía que sacarme de la cabeza a esa mujer. 

Me acosté temprano, pues el domingo teníamos un compromiso con los Scott y por fin podríamos estar compartiendo con mi prima. 

A la mañana siguiente volví a ser el mismo, ya sabía yo que esto era algo pasajero. 

«Ay sí, como no. Repítelo cien veces para que te convenzas» 

-¿Están listos?- preguntó papá, mientras tomábamos café en la cocina y ambos asentimos con Chris. 

-Esto será genial, quiero saber todo sobre nuestra pequeña primita. 

-No seas insistente, te lo pido, Christian. Adam y su familia han sido quienes la han cuidado y ya ves como reacciona Thomas cada vez que ustedes se acercan a ella. 

-Eso es raro ¿no? ¿Será que está enamorado de ella? 

-¡Por supuesto que no! - le responde mi padre-Por lo que me contó Adam, ellos son muy cercanos, casi como hermanos y Thomas es demasiado sobre protector con las mujeres de la familia. 

-Su esposo no se queda atrás, si lo hubieras visto. 

-¿Qué hiciste Chris? 

-Nada, solo se me olvidó contarles que lo conocí cuando fui a dejarla al jardín de infantes, el tipo casi me mata con la mirada mostrándome los colmillos por como la traté al entregarle unos documentos que se le quedaron en el auto. 

-Menos mal, no quiero más problemas para Daniela y su hija, pero ya está bueno, mejor nos vamos. No quiero llegar tarde. 

Salimos en el auto de mi padre y enfilamos nuestro rumbo hacia los Hamptons, me fui admirando el paisaje, este sería un día especial y ya lo estaba disfrutando. 

Cuando llegamos a la casa de la familia Scott quedé fascinado, la infraestructura de los años cuarenta estaba muy bien cuidada, contaba con una hermosa entrada de hierro forjado y un jardín con árboles muy bien cuidados. Era como viajar al pasado, aunque al bajarnos y escuchar los gritos de los niños que corrían por el césped casi me dio urticaria. 

Una señora nos dio la bienvenida y nos hizo pasar al jardín interior, ahí se encontraba un gran grupo de personas y muchos niños... 

Saludamos a los señores Scott, a Thomas y Daniela, a los demás solo les hice un asentimiento, ya los conocería después. Nos quedamos con los mayores conversando de cómo van las cosas con la construcción de nuestra oficina, el edificio estaría cerca de Scott y asociados, eso era bueno porque así estaríamos cerca de Daniela. 

El ambiente era algo tenso, pues las miradas de varios de los más jóvenes de la familia no eran las mejores, lo peor fue cuando Chris se puso intenso, sobre todo cuando nos informaron que no sería nuestra prima la que nos apoyaría. 

Y de pronto habló ella, una chiquilla de ojos grises y el pelo morado como si fuera un algodón de azúcar. Era demasiado impresionante su forma de ser y como nos ninguneaba ¡Me trato como a un hijo de puta desquisiado! Poco menos que éramos unos enfermos mentales y no me aguanté, la traté con la misma moneda y provoqué una pequeña disputa con Thomas, pero no me arrepiento. 

La muy desubicada me quiso dejar mal frente a la señora Scott, pero no la dejé y quería seguir discutiendo con ella, quería agarrarla de esas mechas de algodón de azúcar y colocarla en mi regazo para darle unas buenas nalgadas...

«!Espera, James! ¿Qué m****a has dicho? ¿colocarla en tu regazo? ¿Nalgadas? Estás mal O'Connor, creo que deberemos ir al doctor pues dos mujeres en menos de cuarenta y ocho horas han despertado a la bestia »

- ¡Mierda! me las vas a pagar algodón de azúcar -mascullé entre dientes, me iba a acercar a ella para decirle todo lo que pensaba, sin la presencia de uno de los Scott, por desgracia me llamaron de la construcción porque había pasado un accidente, lo que me puso demasiado ansioso, sobre todo porque dejé instrucciones de que no debían trabajar en domingo. 

-¡Demonios! 

-¿Qué pasa James?- me pregunta mi padre. 

-Deberé ir a la obra, hubo un accidente. 

-Pero si se trabaja de lunes a sábado, hermano. 

-Eso mismo les dije, dejé claras indicaciones con eso, pero al parecer el capataz no me hizo caso. Me tengo que ir, fue un gusto conocerlos señora Blue. 

-El gusto ha sido todo mío, por favor no te pierdas. 

Salí de la casa de los Scott y me tope con el veneno en frasco chico, no sé porqué su cara me parecía familiar, pero no tenía tiempo de seguir indagando, necesitaba llegar a la construcción. 

Yo que pensaba que sería un buen día y al parecer, terminará como la m****a.

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