Estuve largo rato en silencio, asimilando lo que acababa de decir.
—Como te lo había dicho antes; me gustas mucho, Esmeralda. Quiero intentarlo, aunque sea una sola vez. Quiero tener una oportunidad para amar, pero solo lo podría intentar a tu lado, porque eres tú la única mujer que se ha adueñaron de mi mente y mi corazón — creí que me estaba mirando muy fijamente, pues sus ojos se quedaron por un instante en mí—. Sé que es muy pronto y aún nos hace falta conocernos, pero realmente quiero estar contigo.—Dios mío, no creí que podía llegar a escuchar decir esas palabras algún día de tu boca — mis lágrimas ya brotaban de mis ojos sin control.—¿Quieres ser mi novia, meloncito? — su pregunta terminó por volarme la cabeza.—Sí, sí quiero ser tu novia