POV Benjamín
Nos acercábamos al muelle que estaba muy cerca del hotel y se sentía el olor del mar, también un ligero olor a madera húmeda.
—¿Qué fue eso que hizo antes?
—Alardear, señor Jones. Es lo que ella hace todo el tiempo con su prometido. Hice lo mismo, es solo eso. Todo el tiempo le da halagos, creo que se excede, lo hace de forma intencional.
Miré a Emily y esta asiente con su cabeza.
—¿Por qué lo cree?
—Es evidente, señor Jones.
Mis ojos pasaron de su rostro a su pecho y de inmediato quité mi mirada, no quería repararla más.
Todos los invitados estaban en el muelle, no tenía claridad de cuál era el yate en el que debíamos subir, pero puedo adivinar que es el color blanco de dos pisos.
Se escuchaban risas y conversas de las personas, yo solo observaba de lejos.
—¿Cuánto tiempo nos quedaremos?
—No lo sé, Emily. Eso solo lo sabe la señora Pedroza, no tengo detalles de cuanto dure el recorrido en yate.
—No me refiero a eso, es que antes el señor Albert le decía que se quedara un