Ese pequeño fin de semana de vacaciones fue muy provechoso para la pareja.

Estando allá, Mardeli salió con una gran sorpresa; estaba embarazada. Además, ya tenía arreglado todo para que se casaran allá mismo.

David la regañó, pues ella hasta el último día le comentó sobre el embarazo y el tiempo atrás habían estado f*llando como locos y sin medida.

—He sido muy brusco, incluso pude haber dañado al bebé y tú como si nada.

Le reclamó.

Pero Mardeli es una chica que le vale todo, parece que fuera una niña. Todavía no asimila que ya es madre y esposa.

—No te quejes. Lo disfrutaste al máximo, ¿crees que hubiésemos tenido sexo desenfrenado si soltaba la bomba antes de tiempo?

Es obvio que no, ¿verdad? Bueno, ahora relájate.

El bebé está bien, no le ha pasado nada.

Yo estoy bien y tú estás bien.

No hay nada de qué preocuparse, pero ¿qué te parece si esta noche repetimos todo lo que hicimos en nuestras vacaciones?

Propuso. Colgándose de su cuello.

—No calientes la comida porque no te la podrá