61. Recuerdo perfectamente sus gritos
— ¿Entonces estás seguro de que Anahí me drogó? — preguntó Jeremy a su abogado completamente molesto por la situación al leer el email que Diddier le acababa de reenviar donde ponía exactamente las sustancias que se habían encontrado en su sangre.
— A no ser que tomaras eso por ti mismo, cosa que dudó — le respondio Diddier con los brazos cruzados y molesto con la situación, tenía ganas de hacerle pagar por eso a aquella mujer y no entendía como su amigo no era capaz de ver la gravedad de lo sucedido— podemos demandarla si quieres.
— Déjame que lo piense, no quiero que Eva se entere de esto. ¿Quién iba a creer que una mujer tan hermosa me drogó para…?
— Abusar de ti, Jeremy, lo que hizo Anahí es una violación, debes entenderlo y aceptar que no accediste a ello, no has hecho nada malo ni que tengas que esconder.
Diddier no entendía cómo es que a Jeremy le costaba tanto creer que había sido abusado, aunque claro, no importaba que fuera el siglo XXII aún era un tabú hablar sobre los caso