¿Dónde estás?
— Hola Karen, lamento no poder ofrecer más comodidad, estoy arruinado como te lo dije, por eso estás en una pocilga como ésta, no tengo dinero para pagar algo más digno.

Se acercó y le soltó el pañuelo de la boca y ella de inmediato exclamó:

—¡ Gordon, ésto no es gracioso!, ¡Hazme el favor y desatarme!

— No puedo Karen, vales mucho dinero y no puedo arriesgarme, ¿Me entiendes?— dijo Gordon Skinner— te traje algo de comer, voy a desatar tus manos, pero debes comportarte bien, si todo sale como está planeado pronto estarás en casa.

— ¿Y tu crees que vas a escapar sin que yo te ajuste las cuentas, Gordon?— dijo ella de manera retadora.

Él la miró y sonrió con una sonrisa de lobo hambriento.

— Entonces tendré que hacer lo que sugirió el jefe al inicio, ya viste mi cara, tendré que eliminarte para poder gozar de mi dinero libremente — dijo con voz de amenaza.

Un frío recorrió la espina dorsal de Karen y respondió sin rastros de temor.

— ¡Eres un ser despreciable, m*****a rata asquerosa!— di
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