Quiero estar en casa...
Sylvia empezó a decirle cómo Halima llegó hasta la casa, Hafid la escuchó con atención y luego de oír todo dijo:
— Que bueno que todo terminó bien, le pedí a Dios que pudiera encontrar una salida, era tan desesperante estar allí encerrado sin saber nada de ustedes.
— También para nosotros fue muy preocupante no saber de tí, Ahmed no ha querido hablar, está callado y aún sabiendo que estabas allí abandonado,—dijo Sylvia— es un hombre muy cruel.
— Ahmed, solo es un hombre equivocado, está siendo manipulado y se siente asustado y lleno de confusión— dijo Hafid— apenas llegue iré a verlo y hablaré con él.
— Tú sabes lo que haces, — dijo ella— le suplique que me dijera donde te encontrabas, los niños querían saber— y él no abrió su boca para nada.
— Hoy vamos a descansar, mañana me ocuparé de solucionar todo, después nos iremos de viaje— quiero cambiar de aire, darme un tiempo de relax.
— Está bien, los niños estarán felices de verte— dijo Sylvia— afortunadamente no estabas tan lejos,