El corazón de Kisa comenzó a latir más rápido. El simple toque de Royal en sus hombros la hizo sentir un calor inesperado. La idea de compartir la misma habitación con él la ponía nerviosa, pues sabía que sería difícil conciliar el sueño sabiendo que él estaría tan cerca.
—¿No hay otra solución? —preguntó, buscando desesperadamente una alternativa.
Royal exhaló aire, manteniendo su mirada en ella. No quería que Kisa se sintiera incómoda y se sentía mal por ponerla en esa posición. Sin embargo, esa era la salida más rápida.
—Por el momento, esta es la mejor solución. Tal vez todo sería más fácil si no viviéramos con mi madre bajo el mismo techo. Pero mi familia es importante para mí y me gusta tenerlos cerca. Así que... hagámoslo, Kisa.
—Yo... nunca te insinuaría que te alejaras de tu familia solo por mi comodidad —expresó con voz suave—. Está bien, dormiré aquí esta noche.
—No solo esta noche —corrigió Royal—. Dormirás aquí siempre, mientras estemos casados.
Kisa se mordió el labio, p