Charlotte, se detuvo ante la propuesta. Había escuchado de muchas propuestas, pero, ninguna de estas se relacionaba a la orilla del mar mientras follaban con la luna de testigo. Pero, allí estaba, completamente penetrada por su miembro, mientras el hombre con labios hinchados y ojos claros, le pregunta una vez más.
— ¿Puedo ser tu esposo?
— Curthwulf…
— Déjame ser tu esposo, por favor. Te aseguro que será una buena decisión. — dice Curthwulf mientras su respiración agitada y su corazón galopando como loco, le decía a Charlotte que hablaba demasiado en serio para tomarlo a la liguera.
— Curthwulf, te amo también, pero, ser tu esposa, es una responsabilidad grande.
— Asume tu responsabilidad por quitarme la virginidad, Charlotte. Se responsable de mí. — dice Curthwulf cambiando su táctica y Charlotte sonríe.
— Cariño…
— No hay nada que nos detenga. Por favor, se mi esposa. Casémonos aquí, cariño. Por favor.
— Yo…
Curthwulf no pierde más el tiempo y gira su cuerpo, quedando sobre ella si