El asombro había invadido a Charlotte y aunque solo había reaccionado a lo que había dicho cuando estaba sobre el hombro de Curthwulf, le parecía demasiada su reacción, por algo que podría ser verdad.
— Curthwulf, detente un momento, hablemos un poco.
— Me acabas de decir anciano y pulgoso, claramente ya has hablado lo suficiente. — dice Curthwulf serio.
Pero, la palabra pulgoso había sonado demasiado gracioso para Charlotte, por lo que, su abdomen vibró debido a la risa de Charlotte sobre el comentario de Curthwulf.
— Entonces vas a reírte después de ofenderme — dice Curthwulf dándole una segunda nalgada que hizo gimotear a Charlotte mientras su trasero ya empezaba a arder.
— Bájame, voy a pedirte disculpas. Solo bájame — pide Charlotte y Curthwulf, sabiendo que no debería estar cerca de ella al estar enojado, la bajó.
— Vete de aquí, Charlotte. Regresa a tu habitación. — dice Curthwulf intentando sonar frio.
— Algo te está sucediendo y al parecer, soy yo la que está pagando el pre