Días después
No me sentía cómoda quedándome encerrada siendo la damisela en apuros que debe ser rescatada constantemente. Así que, debía tomar una decisión y en vista que no era posible convertirme, debía empezar a entrenarme para no ser una carga.
Solo que no me imagine que sería tan pronto y mucho menos que debía hacer ejercicio. Pero, no podía quejarme cuando yo fui la que me metí en esto con el fin de sentirme y ser útil.
— Vamos, Charlotte, puedes hacerlo. Solo te faltan veinte vueltas más — dice Curthwulf con un temporizador en sus manos.
¿Veinte vueltas? Será un milagro si yo llego a terminar esta vuelta, hacer veinte sería un milagro imposible de verse hecho realidad. — me digo mentalmente y como si mi cuerpo renunciará, caigo sobre mis rodillas y recibiendo el césped como mi cama, me relajo en el mismo mientras intento recuperar el aliento.
— ¿Qué es lo que te sucede? Se supone que deberías mejorar tu condición física, no empeorarla. Apenas ayer podías dar treinta vueltas y a