Narrado por Levi Brown
Hace dos años
Solía pasármela bien en los congresos. Me gustaba aprender y discutir sobre temas e ideas nuevas que ayudasen a expandir nuestros negocios familiares. Pero no estoy pasándola bien en éste, porque no he venido en calidad de oyente, sino de speaker. Entre Luke y yo, papá me encomendó a mí esta tarea. Porque notó que evadía este rol en este tipo de eventos, aseguró que necesitaba más confianza y ser un mejor orador, que era el área en donde más debía crecer.
Me negué al inicio, al igual que Luke se negó a irse de viaje a Arabia Saudita para cerrar un negocio con una petrolera. Aseguró que no podía pasar un mes entero sin acceso a mujeres, que enviarlo a un país de mujeres intocables, era enviarlo a su muerte. Papá no cedió, le dijo a él, que su debilidad ante las mujeres era un gran desperfecto que debía limar al tratarse del mundo laboral.
Al final, no pudimos en contra de nuestro padre. Cada uno terminó enfrentando lo que éste le pidió. Por eso, es