Andrew entró al auto, y el dolor de cabeza de más temprano se puso peor, pero lo tiró al fondo, sin tiempo para caer en eso. Necesitaba centrarse en encontrar a Hannah, en llevarla sana y salva a casa.
Respiró hondo, se quitó la corbata, la tiró a un lado junto al saco y se sacó dos botones de la camisa.
—¿Vamos al Centro? —preguntó Dominik.
—Sí. —Se puso con la laptop, y casi enseguida su celular comenzó a sonar, pero no le prestó atención y solo dijo—: Ulrik, ¿puedes contestar por mí? Debe ser Tyler.
El moreno, en la parte trasera junto a él, enseguida le sacó el celular del bolsillo. En efecto, era Tyler, así que contestó y lo puso en altavoz.
—Señor, localizamos el grupo de furgonetas donde se llevaron a la señorita Roth, pero están vacías. No tenemos más pistas.
Andrew frunció el ceño, pues justo al volver a entrar al mapa del rastreador se dio cuenta de que la señal de Hannah había desaparecido.
—Están usando un jammer… perdí su señal —murmuró y apretó los labios. Un jammer era