Volver a casa con sus hijas representó otro desafío para Deanna, si no fuera porque Daniel ya tenía experiencia seguramente perdería la cabeza.
- No entiendo que tantas dudas tienes, nena –
- Quiero hacerlo bien –
- Y lo harás, siempre lo haces. Entiendo que es natural en las mujeres atender a los bebés… Aunque no sé cómo funciona – Le dijo, mientras se inclinaba sobre la cuna de una de las niñas.
- No ayudas, Leonard –
- Pero puedo aprender y si yo puedo, tú también. Además, el imbécil ese sabe mucho más que nosotros –
Deanna observó un poco a su padre, la expresión de maravilla en su rostro.
- Pareciera que nunca viste un bebé – Le dijo.
- He visto, pero no así de bonitas. Es… increíble –
- ¿Has pensado en tener hijos con Susan? –
- ¿Eh? ¿A mi edad? No… Susan me dijo que no quiere tener hijos y es respetable… La verdad, no sé si sería un buen padre… No sé si seré un buen esposo –
- ¿Y qué pasa si un día cambia de parecer? –
- Pues… Supongo que tendrás un hermano… No lo sé… Le daría