Cuando Leonard terminó de leer de la carpeta que su asistente le había entregado por la tarde, se estiró sobre el sillón, cerró los ojos y suspiró. La mujer en cuestión no tenía mucho para contar, pero si una relación directa con Crusher.
Daniel ya estaba de vuelta en casa. El susto había pasado.
- Me tomaré un descanso de los ensayos, me quedaré contigo… -
- No, claro que no, estoy bien -
- ¿Y cómo sé que no volverás de nuevo a trabajar como un desquiciado? -
- ¿No confías en mí? - Le dijo fingiendo indignación.
- Déjame pensar… ¡No! -
Solos, en la intimidad de su habitación, con la casa en silencio, volvían a ser ellos mismos. Abrazados en la cama, conversando y sintiendo el calor del otro. Ahí era cuando podían relajarse y dejar fuera todas las preocupaciones.
- Me dio mucho miedo, Daniel… -
- Lo sé, lo lamento - Se disculpó apretando un poco más su cintura.
- Tómate unos días -
- Esa es la idea, dejaré que Harry se ocupe por unas semanas -
- ¿En verdad? -
- Quiero quedarme contigo,