Pero por mucho que habían intentado resguardar a Daniel de las habladurías, no tardaron en llegar a su puerta. Y por supuesto, Beverly le había llevado las nuevas noticias.
- Lamento hablarte de esto Daniel, pero ¿no crees que es hora de que empieces a pensar en el divorcio? –
- No hablaré de eso contigo – Le dijo cortante.
- Pues deberás hacerlo porque la situación se está yendo al desagüe y debes ponerle fin –
- ¿Y si así fuera porque tengo que discutirlo contigo? Mi vida privada no te incumbe, ya te lo he dicho –
- Tu vida privada se ha vuelto pública y aunque no quieras admitirlo está comenzando a afectar a todos –
- No veo como –
Beverly suspiró ¿debía decírselo?
- Te lo comenté una vez y vuelvo a hacerlo: tienes una imagen que mantener, te guste o no. Esta compañía tiene una imagen que mantener y tú eres su cara. Lamento mucho lo que sucedió con tu esposa, pero no puedes pasarte la vida de esta manera. Necesitamos todos que regreses a ser el CEO de la compañía –
- No me interesa