—Amiga… cálmate por favor...— me decía Mara intentando tranquilizarme mientras yo estaba caminando de un lado a otro en su sala.
—He sido una tonta Mara, ¡Una completa tonta!— decía yo completamente agitada.
—Amiga... me estás preocupando, siéntate un rato y termina tu té y....—
—¿En qué momento acepté esta estúpida idea? ¿Por… por qué demonios lo hice? Tenía que haberme quedado esperando hasta... hasta encontrar un hombre con el que estar realmente ¡Que me amara! ¡Que quisiera tener un hijo conmigo sin ningún problema, sin acuerdos ni contratos! O o o en último caso adoptarlo yo sola... pude haber demostrado que yo sola era absolutamente capaz de ser una madre adecuada... de dar todo lo que una criatura pueda necesitar— decía yo ahora llorando. Mi amiga me miraba con preocupación mientras yo seguía caminando temblando.
Después de más amenazas y con todo la evidente intención de aterrorizarme, Jonah y esa mujer me habían dejado ahí, sola, tirado mi cartera con mis cosas mientras