Había pasado sin duda alguna… las semanas más felices de mi vida. Todo había sido diferente desde que Oliver había aparecido, hace ya tiempo en la puerta del hospital, en esa reunión en la que prácticamente ni me saludó. Han sucedido tantas cosas desde ese momento, ya casi no lo reconozco, pero tampoco me reconozco a mí misma, ni a mi vida.
Yo estaba por casarme con otro hombre, tenía un trabajo, una amiga soltera y solo me preocupaba por el tema de la adopción. Ahora estaba casada y feliz con mi bello doctor alemán. James estaba comprometido y aun sin casarse con Perla, la había embarazado de nuevo y yo no quería verlo ni en pintura.
Yo no solo tenía un trabajo en el hospital Brown, sino también en el instituto Pascal. Mara estaba felizmente casada y tenía a mi pequeña Olivia. Si me hubiesen dicho que esto iba a suceder tiempo atrás... jamás lo hubiese creído, pero tengo fe de que la vida te da sorpresas que no esperabas y esas son las mejores.
Afortunadamente, ya mi esposo no te