La mirada azul con iris dorado de Lyra viajo por el trabajado y tonificado cuerpo del rey, asombrandose de lo magnífico y espectacular que podría llegar a ser un cuerpo.
Sin embargo, sus traicioneros ojos no se detuvieron allí, migraron alrededor de su abdomen firme y se deslizaron sobre los remolinos de tinta, buscando el origen de estos debajo de los ceñidos pantalones oscuros.
"¿Que haces aquí?" Había dicho el, y ella no tenía la más pálida idea de que responder.
No al menos de forma racional y refinada, puesto que verlo así, casi desnudo ante ella, le planteaba una clara y descabellada posible respuesta que nunca diría en vos alta.
—Me perdí—logro articular ella, mientras luchaba contra el demonio lujurioso que habitaba en su interior para guardar la compostura y clavar su mirada en la de él.
—¿Cómo es que te perdiste? Tu ala del castillo está lejos de aquí—volvio a gruñir el con mal genio.
Hades podría ser increíblemente hermoso, una fantasía hecha carne; pero todo lo que tenía d