—Tío... ¿Por qué decidieron enviarnos hasta este lugar?
Ernest sabía que la pregunta llegaría, pero en ese momento no podía responder con sinceridad. Y menos aún mentirle abiertamente. Se masajeó la cabeza y suspiró profundamente.
—Hijo, no puedo decirte lo que está sucediendo en este momento, pero prometo que lo haré pronto. Por ahora descansa y trata de arreglar eso con calma, tu madre y yo estamos buscando en los registros familiares sobre esto o si hay algún precedente aún más claro que el que conocemos.
Espero sinceramente que encontremos algo, o de lo contrario...
Oliver se estremeció y se despeinó auto reprochándose.
—Lo siento tío, si no hubiera sido tan impulsivo...
Ernest sonrió y negó:
—Por supuesto que no, al contrario, sin darte cuenta ayudaste a Liliana más de lo que crees. Ya tengo su contrato revocado en mi poder y si ella lo decide, podrá divorciarse sin problema.
—¿Qué dijiste?
Pregunto Oliver sorprendido, obviamente el hecho de estar ahí con Héctor le daba una idea