—¿Qué tan molesta se puede tornar esa mujer?
Se mordió el interior de su boca con fuerza incluso sintiendo el fuerte sabor a hierro para tranquilizarse. Pensó en llamar a alguien de afuera para hacerlo, pero sabía que solo sería una pérdida de tiempo.
Se aseguró de que Armando pudiera sacar a Barbara y comenzó a caminar en dirección a la fragancia. Era tan dulce y deliciosa que comenzó a salivar con ansiedad como si estuviera muerto de hambre queriendo morder hasta la última parte de su cuerpo.
Su propio cuerpo estaba en llamas y lleno de desesperación mientras más se acercaba. Su erección cada vez era más dolorosa y le era inclusive difícil caminar. Al final...
Perdió por completo el control...
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Liliana sentía su cuerpo en llamas y un dolor indescriptible en su parte baja. Su incomodidad era tal, que su cuerpo comenzó a moverse sin darse cuenta. Estaba tan ansiosa de algo que ella misma no podía explicar, pero estaba segura de que lo anhelaba tanto, que su desespe