Respiro profundo, tal vez no sepa lo que yo creo que es.
—Y... ¿qué es eso que sabes? —No aparto la mirada de sus ojos.
Él esboza una gran sonrisa, y justo en el fondo de su expresión veo burla.
—Siempre supe que Isabella era mi hija, también sabía que tu padre se encargaba de hacer planes para arruinar mi vida y tú seguías sus órdenes como buena hija, ya que tenías sed de venganza, pero aún quedaba algo de bondad en ti y no tenías ni idea de cómo hacerlo. Al final, quisiste darme una lección y ¿sabes algo? A veces me pongo a pensar, ¿si nuestra hija siguiera viva, seguiría sin saber que soy su padre? ¿Serías tan malvada de hacerle algo tan horrible a tu propia hija?
Miro hacia el cielo gris y lleno de nubes negras, de repente comienza a caer rocío. Suspiro con fuerza antes de responder.
—Probablemente ya te hubiera dicho la verdad, porque fíjate, no soy perversa como tú y mi padre. Eres un hombre muy malo, alguien debía pisotearte para bajarte de tu nube de superioridad, decidí que