9. ¡Eres una mosca muerta!
Emily
Ese ha sido el primer día que he tenido que trabajar codo a codo con el pomposo del griego, y aunque suele ser un idiota la mayor parte del tiempo, no puedo negar que en temas de negocios es todo un tiburón y este no está nada contento con los números rojos.
Estoy bastante segura que en el instante en que descubramos quienes son los causantes de los fallos, no solo van a salir despedidos de aquí, sino que dudo que alguna vez en la vida puedan volver a encontrar algún empleo.
Para cuando se hace el mediodía ya la cabeza me duele horrores y el estómago me está rugiendo por comida.
¡COMIDA QUE NO TIENES! Me grita mi subconsciente, pues todo lo que tenía lo he abonado a la deuda del hospital, esperando que hoy, con lo que recoja del maldito baile del demonio, pueda costear el arriendo, los servicios y con suerte algo de comida.
Supongo que tener para transportarme en bus de mi casa hasta aquí estará casi imposible, por lo que nuevamente deberé caminar y son más de 20 cuadras.
Justo