Capítulo 122 No podemos estar en el mismo lugar
—¿De quién hablas, mamá?
—Esa mujer —señaló, levantando la mano y apuntando con el dedo—. ¿Qué hace ella aquí?
La mirada de Eleonor siguió la dirección del dedo de Patricia y se detuvo en Nery Montiel, sonriendo frente a otros empleados.
— ¿Qué hace ella aquí? —volvió a preguntar Patricia con una voz llena de furia.
Eleonor recordó que le había dicho a Nery que tenía el día libre y que no apareciera. Mientras su madre organizaba el evento, Nery se había mantenido al margen, pero ahora… ¿qué demonios estaba haciendo allí? ¡Era un desafío descarado!
—Mamá, escúchame —dijo Eleonor suplicante, tratando de mantener la calma—. Hoy todo tiene que salir bien. Dependemos de este evento. Por favor, compórtate.
—No sé si pueda. Te lo dije. Es una sinvergüenza. Como puede aparecer por aquí.—respondió Patricia, con la voz ahogada por la emoción—. No la soporto, la desprecio. Le quiero poner las manos en el cuello y apretarlo hasta que no respire.
Mie