El paño húmedo absorbía la suciedad de la vitrina antes de caer al suelo, una mano lo había soltado a causa de la impresión que produjo el repique de un celular.
-Aló -dijo Marián a través de la línea telefónica, esperaba con alegría escuchar la voz masculina del personaje que marcaba el número de contacto.
-Hola Marián ¿cómo estás?
-Hola Henry. Bien, Aquí en la pastelería.
-Me lo imaginaba por el olor a torta de chocolate que me está llegando a través de la bocina –dijo Henry entre bromas.
-¿No será muy corta la distancia para que lo percibas? –Dijo Marián en modo sarcástico mientras se le escapaban unas carcajadas.
-¿Es una torta la que tienes en el horno o son galletas con chispas? Claro, la distancia impide que acierte correctamente –Siguió bromeando el muchacho- ¿Qué cocinas?
-¡Jajajaja! Pues ni uno, ni lo otro. No he horneado aún. Ando haciendo limpiezas del lugar –Respondió Marián mientras miraba a su alrededor detallando lo mugrosa que estaba la tienda.
-Ok, entiendo