Las lágrimas salían de los ojos y recorrían el rostro hasta mojar su cuello. Se quedó estática al observar a su madre en camilla que la dirigían hasta la sala de operaciones.
Unas manos varoniles tocaron su hombro que la hizo voltear repentinamente.
-No te preocupes, no es una operación delicada, saldrá bien.
-¿El tumor era maligno Doctor? ¿No le sirvieron los tratamientos? -Preguntó Marián mirándole el rostro al hombre de bata blanca, para persivir la certeza de su próxima respuesta.
-Al contrario, si le funcionaron y ahora podemos extirparlos, no afectará al resto de su cuerpo.
-¿Y será una operación dolorosa? -Seguía Marián interrogando .
-La anestesia impedirá que sienta dolor, pero como toda operación persivirá mas adelante la incomodidad.
-¿Y después?... ¿Qué sucederá después doctor? ¿Quedará padeciendo? -Le preguntaba impaciente- ¿O se recuperará totalmente?
-Esa será la idea, que no sufra por ese problema.