-¿El señor López dónde está? -Preguntó Alberto al llegar a la habitación.
-Se encuentra la playa con su esposa.
-Deben venir más tarde entonces. -intuyó Alberto
-¿Alberto lo buscas para notificarle que ya no le venderás la posada? ¡Es una locura! -Exclamó Marián.
-¿¡Marián acaso todavía no lo comprendes!?- Preguntó alterado.
-Te entiendo Alberto, pero solo... que realmente no estoy de acuerdo -Negó con la cabeza.
Alberto miraba a Marián desde la puerta del cuarto sacar la ropa del clóset e introducirla en la maleta. -¿Qué haces? -le preguntó-. ¿Te vas?
-Sí, me voy, no sé cómo ni cuando, solo que tengo urgencias de regresar a la ciudad.
-No dejes que cualquier inconveniente nos aleje, ni interfiera con nuestro amor.
Alberto