Maicol
Espero que todo esté bien. Estoy sentado en mi auto, estacionado frente a ese maldito lugar, con el corazón encogido por la preocupación. Intento despejar mi mente, alejar los pensamientos oscuros que no dejan de acosarme.
—Sal del auto —ordena una voz firme.
No puede ser... Dori. Está justo frente a mí, apuntándome con una pistola. Mis ojos se clavan en los suyos, helados, decididos. Levanto las manos con lentitud, tratando de mostrar que no tengo intención de resistirme.
—Está bien... tranquilo... voy a salir —murmuro, con la voz tensa.
Con movimientos pausados, abro la puerta del auto. El aire de la noche me golpea en la cara al poner un pie fuera. Me bajo lentamente, sin apartar la mirada de ella.
Khloe
Después de haber complacido a Joel, no me quedaba más que el silencio, ese silencio denso que te aplasta el pecho. Mis manos temblaban mientras mis ojos se fijaban en la pistola, abandonada sobre la mesa como una amenaza latente.
—Lo hiciste bien… ya deja de llorar —murmuró é