Virginia se dejó caer sobre su cama.
La hermosa Reina seguía con su mirada perdida en la nada y su mente hecha un lío de pensamientos.
¿Por qué le estaba sucediendo todo esto a ella?
Ahora era obligada a entrenarse y fortalecerse.
Ahora debía fingir ser una mascota obediente de ese Rey tirano o moriría.
Cómo si eso fuese poco, tenía a la concubina Abril que la acechaba como el depredador a su presa.
Tenía al Márquez que la amenazaba y esperaba que ella se volviera estéril.
Y… Estaba ese barón que le ofrecía su ayuda, pero que tenía el caso de la inocencia de ella en sus manos y parecía poco importarle.
¡No había nadie en quien Virginia creyera que realmente podía confiar!
Ni siquiera Tiana, quién a veces actuaba sospechosa o frente a poderosos del Reino dejaba a Virginia completamente de lado.
Ahora la joven Reina de solo diecinue