"Así de mujeriego eres. No soy como tú en absoluto. Fuera, voy a verla, el chofer ha llegado", declaró Jace y se puso de pie.

Chase se encogió de hombros y dijo que le deseaba un buen momento con Arianna. Jace usó el ascensor y llegó a la planta baja. Se deslizó en su coche y el chofer lo llevó al punto de intersección entre ambos coches.

Bajó las ventanillas y asintió. Los guardaespaldas abrieron la puerta a Arianna y ella salió. Otro guardaespaldas abrió la puerta del coche de Jace y ella entró.

Tan pronto como la puerta se cerró, ella se giró y miró a Jace. Este la miró con una sonrisa. Le extendió la mano y Arianna la tomó.

"¿Cómo has estado, mi amor?", preguntó Jace y Arianna asintió. "Estoy bien, gracias", dijo y desvió la mirada. Su corazón latía rápido, esperaba que ninguna de las palabras que había dicho antes le hubiera llegado a Jace.

Sintió que la temperatura del coche era alta. ¡Ay, Dios! ¿Quién le dijo que dijera palabras tan vulgares a esa mujer?

Vio el coche grande y e