Rubí reprimió el miedo y la angustia que amenazaban con consumirla y explicó con claridad lo que Dan le había dicho. Marcus escuchó en silencio, con el rostro serio.
—Tranquila —dijo finalmente, tomándola con firmeza de los hombros—. Te prometo que voy a ayudarte a resolver esto.
Rubí asintió, intentando calmarse. Marcus no perdió tiempo y giró hacia Gavin, dándole rápidamente algunas instrucciones. Luego tomó suavemente la mano de Rubí y le dijo con voz segura:
—Vamos. Ya pedí que uno de mis hombres recoja a tu hermano. Nosotros iremos directo hacia allá.
Marcus regresó brevemente a la habitación privada para despedirse de sus amigos, sin ofrecer muchas explicaciones. Luego subieron al coche. Después de comunicarse con Dan y obtener la dirección exacta, Marcus le ordenó al hotel que cuidaran bien de Dylan y se sentó junto a Rubí, tomándole la mano con fuerza y en silencio durante todo el viaje.
Era como si el destino quisiera probarlos justo cuando él finalmente le había revelado la