Rubí soltó una ligera carcajada y añadió:
—Pero no te preocupes, no me dejaré llevar. Después de todo, esas pequeñas cosas que hiciste… deben salir a la luz una por una, para que entiendas las consecuencias. Así que puedes estar tranquila, todavía podemos divertirnos un rato. No te preocupes demasiado.
Zoey también rió, aunque con frialdad.
—Entonces estaré esperando para ver. Solo que… he dirigido la familia York durante tantos años, y Marcus también es el hombre que me gusta. No esperaba que tú… me lo arrebataras. Si quieres enfrentarte a mí, temo que aún es demasiado pronto.
—¿Ah, sí? ¿Tienes algún plan nuevo? —preguntó Rubí con calma, en voz baja.
Quien las viera desde lejos pensaría que las dos hermanas hablaban cariñosamente mientras caminaban. Solo ellas sabían cuánta tensión había en ese momento.
—Más tarde lo sabrás —dijo Zoey, y sus ojos descendieron al pequeño vientre de Rubí. Susurró—: Tú también tienes un hijo, así que sería mejor… dejar ir al hijo de otra persona.
—¿Qué