Zoey fingió regañarlo:
—No digas eso. Ella te trata bien y es bastante atenta.
—No hablemos de ella —dijo Leonardo con frustración—. No estés triste. Para mí, tú eres la única hermana real y nadie puede reemplazarte. ¿Ya estás tranquila?
Zoey fingió enojarse y murmuró:
—¡Esta boca tuya! No estoy diciendo que no la trates como hermana. Solo… olvídalo. Es suficiente con que sepas que soy buena contigo. Ve, pero vuelve temprano.
—¿No quieres venir con nosotros? —preguntó Leonardo.
Zoey negó.
—Tengo que salir hoy, así que no iré al palacio con ustedes.
Leonardo asintió y bajó para irse con Tobías. Zoey también salió poco después.
En cuanto Zoey se fue, la sonrisa de Sabrina se volvió más natural. Tomó de la mano a Rubí y dijo:
—Ven, mamá te mostrará el jardín trasero de la residencia real. En el futuro, tú serás la reina aquí, así que es bueno que te familiarices.
Rubí asintió.
—Es una buena idea salir a tomar el sol. Señora Thompson, ¿por qué no viene con nosotras?
Sherry asintió.
—Por s