Noah asintió con la cabeza y dijo:
—No te preocupes, me iré mañana en el vuelo de la mañana. Además, este hotel está administrado conjuntamente por la familia Maxwell y la familia Smith, así que es muy seguro. Ningún reportero podría entrar a escondidas, no tienes por qué preocuparte.
Rubí soltó un suspiro de alivio.
—Eso es bueno —respondió con calma.
No tenía nada más que decirle a Noah, así que, cuando terminó de hablar, se dio la vuelta para marcharse.
Al verla alejarse, Noah no pudo evitar sentirse preocupado.
—Rubí, ¿viniste sola? —preguntó.
—Sí.
—Pero estás embarazada… Entonces, ¿qué haces aquí? —insistió él.
—No tiene nada que ver contigo —replicó Rubí fríamente.
—Rubí, lo siento —dijo Noah, con la voz más baja—. Te explicaré todo más tarde… y también restauraré tu inocencia.
Rubí se volvió y lo miró con una expresión fría.
—Agradezco que no vuelvas a causarme más problemas —dijo con dureza.
Sin esperar respuesta, lo ignoró y se alejó.
Noah la observó marcharse, sintiendo una