—¿Qué pasó después? ¿Fuiste a verla otra vez? —preguntó Emily rápidamente.
Noah asintió.
—Sí. Me llevó hasta Serena. Está viva, y parece estar bien.
Mientras hablaba, sus ojos se oscurecieron, reflejando la incredulidad que aún lo carcomía.
Emily lo miró boquiabierta.
—Entonces… ¿por qué no la trajiste de regreso? ¿Dónde ha estado todos estos años? ¿Por qué no ha vuelto? —Su voz se quebró—. ¡Tengo que decírselo a la abuela!
—¡Emily! —intervino Noah con urgencia—. Cálmate. Si pudiera traerla de vuelta o decirte dónde está, ¿crees que no lo habría hecho ya?
Emily quedó en silencio unos segundos. Luego acercó una silla y se sentó junto a él.
—Entonces explícamelo, Noah. Rápido. ¿Qué está pasando realmente?
Noah soltó una risa amarga.
—Serena perdió la memoria. Ha estado viva todo este tiempo, pero con otra identidad.
—¿Perdió la memoria? ¿Otra identidad? —Emily frunció el ceño, cada vez más confundida—. Noah, no entiendo nada.
—Tiene una identidad que nunca te imaginarías —respondió él c