Se quedó de pie junto a la escalera durante un rato. La puerta del estudio de Marcus permaneció cerrada. Cuando él la cerró, lo hizo de un portazo, lleno de ira.

Rubí se quedó allí un momento sin saber qué hacer, y las lágrimas caían de sus ojos.

—Mami...

Mientras Rubí se preocupaba por qué hacer, la voz infantil de Dylan vino desde detrás de ella.

Rubí miró hacia atrás y vio a Dylan parado allí, sosteniendo su pequeña almohada mientras la miraba con inquietud.

Se había despertado en medio de la noche.

Rubí se secó rápidamente las lágrimas mientras caminaba hacia Dylan y se agachaba junto a él. Trató de hacer que su sonrisa pareciera feliz y le dijo:

—Dylan, ¿estás despierto?

—Sí, escuché las voces de papá y mam