Zoey guardó silencio por un largo momento. Luego habló con voz baja, helada:
—Parece que Arnold tampoco es muy confiable.
—Tal vez de verdad no lo sepa —sugirió Weston, intentando suavizar el ambiente.
Zoey lo miró con frialdad.
—Sea como sea, no puedo arriesgarme. Weston, vete. Necesito hacer una llamada… a Noah Smith.
Weston se inclinó levemente en señal de respeto y salió sin decir palabra.
Zoey se quedó sola.
Sabía que la única forma de destruir la relación entre Marcus y Rubí era romper su vínculo emocional. No podía seguir esperando.
Sacó su teléfono, desbloqueó la pantalla y buscó un número que había guardado años atrás.
Noah Smith.
Había mantenido ese contacto durante años sin usarlo. Hasta ahora, nunca había creído que él fuera lo suficientemente importante como para merecer su atención. La diferencia de estatus entre ambos era abismal.
Miró el número en silencio. Sus dedos se detuvieron sobre la pantalla.
Sabía que, si daba ese paso, no habría vuelta atrás.
Pero ya no podía