Rubí no dijo nada más. En este caso, mientras más personas ayudaran, mejor. Además, bajo la atenta mirada de Eva, Marcia probablemente no se atrevería a hacer nada indebido, así que aceptó sin dudar.
Tras colgar, estaba a punto de llamar a Dan cuando el teléfono volvió a sonar. Al mirar la pantalla, vio que era Sabrina. Dudó un instante antes de responder.
—¿Señora Jensen? —saludó Rubí.
—Rubí, ¿hay alguien contigo? —preguntó Sabrina con voz apresurada. Por el tono, parecía haberse asegurado de que nadie la escuchara antes de hablar.
—El chofer me lleva al restaurante —respondió Rubí—. Hubo un incidente y tengo que ocuparme personalmente.
—Lo vi en las noticias —dijo Sabrina con preocupación—. Es un problema serio. Habrá muchos reporteros afuera. ¿Cómo puedes ir en tu estado? ¡Estás embarazada! Si algo te pasa, sería terrible.
—No te preocupes, me cuidaré —replicó Rubí con serenidad—. Pero debo resolver esto cuanto antes. Si dejamos que se prolongue, las consecuencias serán peores. Sé