Rubí se quedó pensativa. El tono de Sherry dejaba claro que era algo serio. Finalmente asintió.
—Está bien, pregunte.
Sherry la miró fijamente, con expresión solemne.
—En ese entonces, ¿su madre biológica estaba en el mismo hospital? Según la información que figura en el archivo.
Rubí se quedó helada.
Cuando habló con Sherry la primera vez, no le había dado demasiados detalles, pues aún no podía confirmar su identidad. ¿Por qué sacaba este tema ahora?
—¿Señora Thompson… sabe algo? —preguntó, con cautela.
Sherry guardó silencio un instante, y luego bajó la voz:
—No voy a ocultárselo. Después de que usted se fue ese día, lo pensé mejor y comprendí que las cosas no eran tan simples.
Rubí frunció el ceño. Tras unos segundos, le dijo:
—Puede llamarme Rubí directamente. Y ya que usted ha dado el primer paso, yo tampoco lo ocultaré: en aquella habitación no solo estaba mi madre biológica. Según los registros, mi madre adoptiva y otra mujer —a quien identifiqué por error como mi madre biológi