Emma y Cedrid estaban conversando con todas las personas que se les acercaban para platicar y comentarles algunas cosas que les gustaría que el rey revisara y mejorara en su comunidad.
En eso, a ambos les dio sed y tras preguntar por una tienda, algunos vecinos les señalaron un carro de comida casera donde podrían encontrar comida y jugos naturales.
Al acercarse vieron que el lugar parecía estar vacío y ni la persona encargada estaba en su sitio.
- Parece que no hay gente – mencionó Cedrid.
- Debe estar atrás cocinando – le indicó Emma - hola ¿está abierto?
- Si, voy enseguida - se escuchó la voz algo lejana de una mujer.
- Vez, te dije – indicó divertida Emma.
- Hm… - le contestó Cedrid, ya que notaba que el ambiente era diferente al del distrito de los lobos.
- Bienvenidos y… wa… Emma – la señora Margaret era la que atendía y se asombró al ver a la castaña por lo que no dudo en ir a abrazarla, aunque el gesto no fue correspondido - jeje no me recuerdas ¿verdad? – mencionó al ver la