11 - Es un Demente.
DANISHKA.
Cada una de las palabras de Marta, hacía que mi mente diera vueltas y vueltas. Es que no quería creer que fuese real.
Necesitaba pensar, salir a caminar, volver al único hogar que conocía.
No podía ser que mi vida cambiara tan drásticamente de la noche a la mañana. Llevaba una vida tranquila. Una vida… aburrida y sin emociones. Era una monja consagrada a mi Dios, y ahora, en menos de una semana todo había cambiado a mí alrededor.
La situación había cambiado entre nosotros, y no podía permitirlo. Las cosas como son… éste hábito me daba calor, y, aunque es un pecado desear quitármelo, era imposible mantenerlo en mi cuerpo.
Lo arrojé en la cama y lo miré, y luego comencé a negar repetidas veces.
— ¿Qué estoy pensando? — pregunté en voz alta, mientras lo volvía a tomar con las manos, para cubrir mi cuerpo con ella —. Esto está mal. Está muy mal, Dani.
Me acerqué al espejo, y me miré a los ojos, mientras cubría todo mi cabello debajo del velo. Miré el pequeño prendedor y so