84 - Secuestrada otra vez.
Mientras yo me comunicaba con Vladimir, escuchaba que mi tío le hacía preguntas a Saúl, y este simplemente mantenía un rostro sereno. No entendía exactamente por qué de repente mi tío comenzó a dudar de él.
— Primero, necesitamos averiguar más sobre lo que realmente pasó — dijo mi tío —. Saúl, ¿recuerdas algo más? ¿Algo que pudiera darnos una pista sobre dónde están ahora?
Saúl se frotó la cabeza, como si tratara de recordar detalles.
— Nada. Solo recuerdo eso — Saúl me miró —. Lo siento Roman… yo debí ser más atento.
— Sí, debiste serlo — respondí molesto, en el momento en que me contestaba la m*****a llamada el ruso —. Al fin contestas.
— Parece que estamos de mal humor por ahí — respondió irónico.
Miré a Saúl y a mi tío y me alejé.
— La zorra de tu mujer secuestró a la mía — solté y un silencio se formó al otro lado de la línea.
— Dime que necesitas y allí estaré — sonreí.
— Hombres — mascullé.
— ¿Por qué m****a necesitas hombres? ¿Acaso los tuyos renunciaron? — cuestionó burlesco.